En el taller de formación sobre Comunicación Efectiva y Afectiva que nos impartió Eugènia Dalmau de SATORIGEN, una asistente compartió esta pregunta que con cierta frecuencia le lanza a su pareja: ¿Llevas puesto el dorsal?
Fue tremendamente representativa de esos momentos en los que necesitamos comunicar o expresar algo, pero la otra persona no nos presta atención y parece que está a punto de salir corriendo en dirección opuesta a la nuestra.¿A quién no le ha pasado esto en la vida personal o profesional?
Todos tenemos la capacidad de escuchar, pero no siempre la disposición de hacerlo (por varios motivos). Escoger el momento, ser paciente, sintetizar el mensaje siendo concreto o posponerlo, puede ser mucho más efectivo que soltar el discurso que caerá en saco roto.
La reflexión es dual.
Para el comunicador: desarrollar la capacidad de leer la situación, el lenguaje no verbal y adecuar el discurso buscando su comprensión más que su emisión.Para el corredor: como gestionar el tiempo, como priorizar para dar respuesta sin dejar de atender a lo que tiene valor.
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